domingo, 13 de julio de 2008

Twitter relato


–SEE YOU LATER–

Hay algo que se transforma en decisiones de corto alcance, desmañanado, sin mañas ni dueño. Eso que soltamos sin perder el toque. Sweet emoción. Lo que sigue es evitar esa falsedad que nos obliga a hablar de ciertas cosas en esas reuniones que todo mundo olvida en cuanto las abandona.  La espiral de melodramas y citas de buen cuño de las que nadie (re)conoce el origen. Así, medio drunkies, sentimos el spotlight sobre nuestras conciencias.
Decir esto y no aquello, el brindar y no aclarar aquellos pequeños disgustos, el juego hipodérmico de nuestros pecados ligeros. El driblar de experto por confines de la memoria: El chico cobarde de las gafas de pasta; la chica de las bromas gordas. Y ése? el marica que terminó feliz con el mejor puesto en el gobierno. 
Las risas acostumbradas, la palmada hipócrita en la espalda, el murmullo sin cuidado que merecen los ausentes. Otro brindis, algunas fotos, muchas poses. Dar un paseíto por la fiesta. Escuchar de aventuras en horas peligrosas, triunfos de cirquero finisecular y derrotas mal explicadas. Muchas diatribas, cotilleo y carrilla. 
Náusea. El sentimiento de fuga puesto en primera. Presa de una generación que se come a sí misma. Con la vista fija puesta en la gran puerta.  Sin entender el porqué estamos aquí. Tú y yo, juntos, de nuevo. Algo tenemos que hacer, algo tiene que pasar (un referendo, la síntesis, una pelea final). 
Ambos, perdidos y desinfectados por la ocasión, terminamos juntos en una pista inexistente. Nuestro baile repasa en cinco minutos toda esa historia a la que nunca pudimos darle un buen final. Los demás desaparecen al instante. Ninguno de los dos le hace justicia a nuestra canción favorita. Ya cansados y un poco hastiados pasamos de todo. 
Estamos solos en la zona de desesperados. 
Esto está a punto de convertirse en otra cosa. Agonizamos. El vino derramado, los traumas a la vista de todos, la difícil cercanía; lo que nunca nos unió ahora nos separa aún más.  Crecer duele, dicen. Sin embargo, superar situaciones así es tan fácil (si uno se aplica, afirman).
Recuerdo tantas cosas: mis planes de verano, los emails sin contestar, la muerte que nos sacudió en aquellos años, el exilio por ese gesto considerado, en ese entonces, tan poco sensible y contrario a lo políticamente incorrecto. Con una ligera sonrisa popsike, sin despedirme de nadie, camino rápidamente hacia la salida. Tú no te decides (again).
C-U later, friends. 

2 comentarios:

Rain dijo...

Hola Rafadro. Cómo se percibe la adrenalina en este sólido relato. Tiene plasticidad. Oh, bieen, es una característica tuya, darle plasticidad a tus textos.

Un gran salute.

*Arc* dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.