Where's the beef?
"La vida realmente se repite en sí misma" se puede leer en una pared llena de graffiti al momento de emprender el ride de la nostalgia. "Nadie es inocente" gritaba, veinte años atrás, el tal Johnny Rotten pero eso no importa ahora; mejor baila, baila with the designer's music del disco-club o juega maquinitas mientras dure la fiebre, el jodido mañana no tardará en llegar.
Aquí se habla everything pero ¿para qué? Nuestro Cristo Pop es skinhead, lleva piercings y un par de tatuajes too cool que, si se fijan bien, se puede leer en ellos un anticipo del dogma de los noventas: "Yo no fui, nadie me vio".
Nevermind, X-E-TU.
¿Cómo puedes describir el odio? Ya sé que todo es un proceso gradual de desgaste, un aprovechamiento ilógico del mínimo error para construir ruidos de pálidas mentiras. No quiero ni deseo confort o dar falsas esperanzas, por años el recorrido ha permanecido inmóvil. La búsqueda es inútil y la emergencia es una droga que fractura nuestra rutina pero ¿para que intentar cambiar lo que siempre ha sido lo mismo?
Fuck your dreams.
He visto una guerra, una hambruna, una barbarie con distancia televisiva. Apartheid, limpieza étnica, cultural rape, narcopolitiks, ruido industrial, crisis económica, depresión, el hoyo en la capa de ozono, niños de la calle y otros ejemplos son sólo frases y palabras que van y vienen, se reciclan y convergen. El mal futuro es un loop que se repite y repite. Nuestros muros no caen, permanecen inertes aniquilando cualquier rastro de glasnot como un impasible "Suicide on board", como un Happy Meal para traumas modernos. Vivíamos un engañoso progreso: la ciudad en pleno movimiento, la canción número uno, multitud de carros y las tiendas más bellas.
Eso fue antes, ahora el desempleo nos condena fría y cínicamente a la miseria but people are people; en la Internet me entero que los karmas colectivos hacen aerobics en Central Park, yo no paro de llorar. Can you hear me? Alguien levanta un cartel con una leyenda en rojo: "Free T.J. Kostabi". Punk never died, my surfing brother.
Caer no es perder.
Me canse de existir, aburrido por no saber que es lo correcto en un mundo que no deja de dar vueltas. Si el verdadero pecador es el débil por estúpido, prefiero matarme ahora mismo; eso es mejor que permanecer inmerso en un sueño ácido que me heredaron sin factura.
¿Quién podrá ayudarme? Carajo, la vida no es una chapa de Smile y, sin embargo, con Funky Cold Medina aprendí a mover los pies. ¿Cómo hacer eso? ¿Ebrio de felicidad? Cabe mencionar que casi siempre me aterro en un día sin tele.
Yeah, whatever.
Aún hay más... los mass-media editan fríos mensajes en dosis de cordero, dulces psíquicos para la perfecta sodomización del sueño que un día Warhol nos prometió. ¿Qué nos queda por hacer? Reinventar los códigos, la familia, la política, la tolerancia y borrar a aquellos mal drogados por el poder de los signos, fieles a un supuesto ideal, a ese pedestal tan high: Trump, shopping malls, BMW, crack, lead or die.
Ah, the awesome 80's y esa adolescencia tan alta en consumo: Calvin Klein, Trix, The Face, Rolex, videocámaras, MTV, computers. ¿Y qué quieren? we're from the Atari generation, plastic babys sin ilusión que, por inercia, escuchaban a The Clash, techno y mucho indie rock. Yes, Corporate Rock Sucks.
Don't believe the hype.
Hoy somos menos idealistas, más Velvet Underground. No tenemos moral, tenemos conveniencias de felicidad. ¿Ellos? Ellos están muriendo de SIDA y decidia. Recuerda, esta broma ya dejo de ser divertida pero antes cómo nos divertía. ¿O no?
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revisión 2004: Una serie de citas, referencias y guiños a lo mejor y lo peor de los ochenta. La década prodigiosa y lo que recuerdo de ella. Sueños perdidos entre el punk y el hip hop, entre tv shows y la radio en inglés, de los shopping malls y primitivos videojuegos, del rollo indie a lo mega trendy. Y, what a shame, la patada alternativa con que nos recibieron los noventa. ¿Más? Cioran, Fugazi, The Smiths, Gallery Plaza, Joy Division, SST, el inicio del Acid House, un cartel pegado en la puerta del departamento de Sonic Youth, las primeras palabras de Kevin The Dead Dog al presentar una canción en Listen to this en 91X, Bernando Bonezzi, CNN. Este texto apareció primero en Velocet en 1993 o 95 (I don´t remember well). Luego, lo publicaron en el fanzine Número (del DF).
miércoles, 23 de junio de 2004
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