Escritura, redes sociales, Michael Jackson y otras cosas del montón
“Eres una máquina, eres una piedra, eres una planta, eres un animalito-máquina…”
Disfraz de tigre, Hidrogenesse
1.
Gertrude Stein dijo que cuando uno está empezando a escribir, siempre está bajo la sombra de lo que acaba de pasar y que, en la lucha contra ello, los otros –que ya escribían o seguían haciéndolo bajo una vieja plataforma- siempre percibían una fealdad y algo de resistencia. Me gusta esa sensación de la belleza escondida, de una revolución en ciernes, de secreto guardado que termina en el cubo de basura o en una nota periodística.
Cuando empecé a escribir on-line lo hice primero de forma pausada y después, casi arrebatada y súper eufórica: del copy-paste al live stream-writting queriendo documentar el “ahora”, sin importarme mucho si, como me comentaron muchos amigos escritores, estaba abaratando mi trabajo al ofertarlo de forma gratuita en la red. El tiempo me daría la razón cuando hasta los más escépticos y renuentes abrieron su bitácora.
Blog on, decía sin chistar hace algunos años. En ello se me iba, es un decir, parte de la vida. Era un reflejo de lo que hacia, de lo que vivía, de los lugares que visitaba; un eco de las charlas con los amigos y los recién conocidos.
El blog como interacción, como ruta, como archivo de historias (las fiestas, los proyectos en conjunto, aquella tesis que abandone justo a tiempo).
Crossfader Network nació como mera extensión de mi persona y mis gustos. Pronto se convirtió en mi memoria virtual, en una plataforma en cadena (lo profesional + lo personal + lo público). CN ha sido ese fluir por la vida, sin problemas ni angustia, algo que muta cada cierto tiempo.
Crossfader Network como yo, es.
2.
Andy Warhol siempre insistió en querer ser un robot para no sentir, yo no puedo hacerlo. Quisiera poder conservar mi naturaleza humana con algunas ventajas de la nanotecnología de punta y con la interactividad cercana al download cerebral instantáneo (una memoria RAM upgradable, wi fi de banda ancha y etc.)
Sobra decir que estas alturas no podría vivir sin el P2P (de Soulseek a The Pirate Bay pasando por los mp3 blogs), las redes sociales, youtube, etc. Por eso, es interesante la idea de “inteligencia colectiva” enunciada con cierto humor pendenciero por Taringa! y sitios similares. La búsqueda, selección y ordenamiento de contenidos para compartirlos sin discriminar vía Internet me parece loable en tiempos de un individualismo exacerbado. Yeah, el conocimiento es algo que todos podemos usar al mismo tiempo (Romer dixit); sólo queda esperar el día en que “eso” hits the mainstream.
3.
Lipovetsky, en el prefacio de La era del vacío, externa que cuanto mayores son los medios de expresión, menos cosas se tienen que decir, que el impulso de lo narcisista del acto de comunicación prima sobre el valor de lo comunicado, que no hay nada como el placer de expresarse para nada frente a unos medios (casi) totales.
Para algunos, el asunto de los blogs y las redes sociales se reduce a ser significante para una multitud de pocos (ese contrapunto contra el avasallamiento categórico predominante). Sí, es posible pero tampoco es una verdad incuestionable. Tal vez Paul Auster no se refería a ello en La Habitación Cerrada pero si recordamos que la cuestión no es que Fanshawe se convierta en el centro de la atención, sino que logra encajar, encontrar su sitio. La verdadera prueba, después de todo, es ser como todos los demás. Fanshawe puede ser cualquier bloguero que, después de ser excluido o marginado por un sistema cultural que haya considerado encontrar su posible hogar-plataforma en los intersticios de la red.
Suena brillante, no? Sin embargo, si hacemos caso a un estudio realizado en el 2008, sólo 7.4 de los 133 millones de blogs indexados por Technorati, uno de los principales blog search engines, habrían sido actualizados los últimos 120 días. El dato es abrumador: el 95 por cierto de ellos han sido abandonados, permaneciendo comominucias digitales de un sueño abortado de la New Media.
4.
Es divertido ver como esos conceptos duros y académicos revientan en momentos específicos, haciéndose transparentes incluso para el neófito. Internet es clave para la cultura intersticial que tanto me interesa, aquella en la que alguien como Michael Jackson puede ejemplificar la teoría del caos.
El Rey del Pop crasheó la red (él, solito). Los rumores de su paro cardíaco y la confirmación posterior de su muerte provocaron un furor nunca antes visto en cualquier medio. En internet se vivió live and direct sus efectos: desde Google, intimidado por la demanda repentina de búsqueda de información y acceso a determinados sitios, imaginando un ataque programado por esos hackers sin oficio ni beneficio al shutdown and massive fail de Twitter, Live Journal, Yahoo News, Wikipedia et al.
Se habla ya, en términos de la persona de pie, de una nueva real-time web, de sinergia entre las redes sociales, de una difusión y propagación de información a velocidades no reconocidas por la Media tradicional, de la validez de las fuentes de escasa credibilidad anterior (los portales de cotilleos) y del colapso de nuestro humanidad ante unos sitios que escupen información (ir)relevante de manera exponencial y a quemarropa.
Por eso no es extraño que a escasos minutos del anuncio del fallecimiento de Jackson, se tuiteara un “Con López Obrador, Michael Jackson estaría vivo” y que los RT, los reenvíos contenido acreditados a su autor, empezaran a fluir. Un mash up mediático que une la apropiación irónica y desprejuiciada de la vida política nacional con un negrísimo humor que ya festejaba André Breton.
5.
El lado oscuro del asunto: si hace años, se aprovechaba el anonimato para decir lo indecible, para hacer del cyber-bullyng un deporte extremo… ahora eso ya no es suficiente. Cobijados en ciertas plataformas, han encontrado a sus pares: la red los refleja ya sin máscara. Eso, supongo, es bueno: al enemigo de nuestras libertades hay que (re)conocerlo).
Y así se hacen presentes con todos sus prejuicios a la alza, con la pobreza de su lenguaje, lo reiterativo de sus falacias y la furia del resentimiento mal aplicado. El trato dado en las redes sociales a la niña cocinera del PRD es sólo un botón de muestra.
6.
Anais Nin says: “We don’t see things as they are, we see them as we are.” Siempre me ha gustado escribir y conversar, Twitter, que algunos ven como un multiplayer sms, me permite ambas cosas. No en forma de chat, sino en la de aquellos salones de conversación típicos de la sociedad inglesa o francesa más sibarita. La elegancia en Tuiter tiene que ver con tu capacidad para decir lo que quieres decir del modo más sencillo, conciso y preciso (¿el comeback estelar del aforismo?)
Twitter para los sin-amigos, para los líderes, para geeks ´n freaks, para roba-lonches, para autistas y asociales, para neófitos y expertos; para personas a las que le pesa el gentilicio o el apellido, para clasistas desarraigados y esos que establecen peroratas no sense. Twitter como laboratorio de la quintaesencia de lo real: la subjetividad (rainoverlima dixit).
Sí, seamos claros: Twitter no es terapia, tampoco nubla nuestro sentido de lo moral y nos hace indiferentes al sufrimiento humano como sugiere un estudio científico que fue retomado por la old skool Media. Nuestro cerebro distingue, ha empezado a seleccionar y diseccionar con mayor rapidez, a interactuar con los contenidos y las nuevas formas en que le llegan estos.
Twitter permite y extiende la escritura colaborativa, orgánica, referencial e inmediata originada en el blog. Sin embargo, la metáfora del bar tipo Cheers no explica lo que pasa en Twitter (es obvio que quienes la usan NUNCA han visitado más de un bar). Talleres de micro-ficción, la crónica cotidiana de esa vida minúsculas que llenan cualquier city, relatos escritos en vivo y con público activo, el reporte in situ de una revolución o la exorcización de los miedos ciudadanos son sólo algunos de los usos prácticos vistos los últimos meses. Con ello, llega una manera de agilizar y actualizar los lazos vía software que ayudan a la acumulación de capital social. It´s, Bourdieu goes pop 2.0 (again), ¿el campo de batalla? Nuestro tiempo.
7.
Momus, el peculiar cantante escocés, advierte: “Don’t go straight! Get weirder and more experimental!” Pues eso, the cyberspace is our place (yet-also).
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Este texto apareció en la revista Picnic.
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